martes, 23 de marzo de 2010

La década del 70 y los jóvenes



Lic. Juan Carlos Duca

Para llegar a la década del 70 y analizar el comportamiento de la juventud, es necesario remontarse unos años atrás para entender la magnitud de los cambios.
Después de la 2ª guerra mundial, la ingerencia de los jóvenes comienza a ser una realidad, hasta esos momentos la opinión, la toma de decisiones por parte de los jóvenes era casi nula, el mundo era de los mayores. La rebelión se transformó en música y nace un ritmo que va a cambiar el mundo: el rock. Nace, como el tango, en las áreas marginales, se baila entre hombres y se fortalece en los reformatorios, donde iban a parar los hijos de los que lucharon y murieron en la gran guerra. Los adultos espantados, ¿qué hacían esos jóvenes moviendo las caderas como si fueran africanos? ¿música o gritos? Escándalo. Y el rock se expande por el mundo.
Pero el rock no viene solo, lo acompaña una nueva concepción de la sexualidad que nada tiene que ver lo tradicional: el amor libre, disfrutar del sexo sin remordimientos, no hay activos y pasivos, hay parejas y la vida se vive de otra manera. Acompañan estos cambios ropas diferentes en ambos sexos que inquietan a los adultos y enloquecen a los jóvenes. Las estructuras tradicionales se quiebran. Los jóvenes quieren más libertad.
En los países centrales y poderosos (Estados Unidos y Europa) la protesta juvenil se manifiesta a través de los hippies, pelos largos, vivir en comunidades, oponerse a la violencia, especialmente a la guerra, vivir el momento, amar la naturaleza y especialmente oponerse al alto grado de industrialización de los países centrales. Por su parte, en los países de la periferia, llamados Tercer Mundo, la actitudes de los jóvenes son diferentes, es más concreta y buscan romper con el imperialismo Decisiva influencia tuvieron las artes, especialmente el folclore, la pintura e incluso el cine para impulsar y valorizar la cultura como una herramienta válida contra la penetración imperial. En Latinoamérica, la década del 60 significó el resurgir de los valores culturales propios, Gabriel García Márquez, Chico Buarque de Holanda, Miguel Ángel Asturias, Julio Cortazar, Augusto Roa Bastos, Caetano Veloso, Leonardo Favio, Los Fronterizos, Los Quilapayún, Gluber Rocha, Mercedes Sosa, son solo algunos de los que universalizaron la cultura Latina en el mundo y fortalecieron el nacionalismo de los jóvenes.
Correlato de estos cambios, es la Revolución Cubana, Fidel Castro con menos de 30 años irrumpe en el escenario mundial produciendo una revolución donde sus líderes, además de barbudos, son jóvenes. Los ideales latinoamericanistas recorren el continente y los jóvenes son los más entusiastas y exaltados.
La prepotencia de los Estados Unidos en Indochina, luego de la derrota francesa, genera una violenta reacción de los jóvenes, que se inicia en el propio Estados Unidos y se expande por todo el mundo. En nuestro país las manifestaciones son impulsadas por la izquierda y se suman miles de jóvenes, especialmente estudiantes secundarios y universitarios. Se utilizaba mucho los festivales de repudio, los “jóvenes” Mercedes Sosa y Jorge Cafrune, surgieron a la fama en esos festivales, Joan Manuel Serrat era también un asiduo participantes de estos eventos.
El Mayo Francés, 1968, marca el mayor compromiso de la juventud europea con cambios profundos. Aliándose a los obreros de las fábricas de automóviles que estaban de huelga, producen la mayor revuelta estudiantil que se tenga memoria y se expandió por toda Europa. Se le suman los artistas; Geraldine Chaplin parte en dos la pantalla de cine del Festival de Cannes, Julio Cortazar, toma, con los estudiantes latinos, el Pabellón Argentino de la Sorbona y la bautizan “Comandante Che Guevara”
En Argentina la dictadura de Onganía, no es diferente a los otros gobiernos militares que, desde la caída del Peronismo se alternaron con gobiernos títeres (el peronismo no podía votar) que poco a poco van vendiendo o hipotecando el patrimonio nacional. En 1969, la rebelión estalla en Corrientes de la manos de los estudiantes, hartos de autoritarismo agravado por el asesinato de el joven Juan José Cabral, continua en el Rosariazo para finalmente llegar al Cordobazo que sacudió a toda la Argentina. Allí nuevamente los estudiantes lucharon codo a codo con los obreros en búsqueda de la libertad y contra la dictadura. Se inicia la decadencia de los militares y la ciudadanía reclama nuevamente un gobierno democrático elegido por el Pueblo.
El triunfo de la Revolución Cubana y la Revolución Argelina por medio de las armas, hace pensar a los militantes que la alternativa ya no es la coexistencia pacífica, sino alcanzar la revolución a través de las armas. “A la violencia brutal de la antipatria, opondremos la violencia popular organizada”, la frase de Evita es el estandarte de los jóvenes.
La década del 70, tiene muchísimos aspectos interesantes, pero tal vez los más significativos sean: la peronización del estudiantado, el nacimiento de la guerrilla y el regreso de Perón luego del exilio de 18 años.
Es increíble como jóvenes que apenas conocieron a Perón, se sumaran a las filas del peronismo, la J.P. (Juventud Peronista) irrumpe en el escenario político con una fuerza inusitada, trabaja en los barrios, organiza a los jóvenes, realiza actos relámpagos que ponen en jaque a Lanusse y sus policías.
El secuestro y ejecución de Pedro Aramburu, responsable directo del asesinato de Juan José Valle y otros dirigentes peronistas en el 56 y también responsable de la profanación y ocultamiento del cadáver de Evita, marca el nacimiento de la organización armada Montoneros, tomando para si el nombre de los caudillos que lucharon en defensa de la nacionalidad. Pero no eran los únicos, otros grupos armados jaquear al sistema con la consigna: Perón Vuelve: las Fuerzas Armadas Revolucionarias (F.A.R.), las Fuerzas Armadas Peronistas (F.A.P.), “Descamisados”, entre otras que terminaron unificándose bajo un solo nombre: MONTONEROS. Detalle importante, la edad promedio de los jóvenes militantes tanto en la guerrilla como en la periferia (J.P.) era de 23 años. No se debe olvidar también que existía la guerrilla de izquierda representada por el ERP (Ejercito Revolucionario del Pueblo) pero sin el acompañamiento de masas de las Formaciones Especiales del Peronismo (así llamaba el Gral. Perón a la guerrilla)
Fueron tiempos de heroísmo y lucha, toda Latinoamérica se sacudía frente a la guerrilla y el idealismo de sus militantes. Brasil, Uruguay, Colombia, Bolivia, Chile acompañaban a la Argentina en sus luchas contra el imperio. Pero el enemigo no es sonso y armó su estrategia que contó, por supuesto con el apoyo de los cipayos nativos, así dictaduras militares cayeron sobre Latinoamérica, Chile, Uruguay, Perú, Bolivia y finalmente Argentina. 30.000 desaparecidos solamente en nuestro país y una brutal represión marcan la hazaña de los militares de turno, por supuesto entrenados en West Point, (E.E.U.U.) como corresponde.
Ser joven en los 70 era ser conciente de lo que queríamos: una patria económicamente LIBRE, políticamente SOBERANA y socialmente JUSTA, amábamos el folklore y el Ser Nacional, y precisamente, el Ser Nacional nos hacia aún más latinoamericanos. La militancia era algo natural, nadie cobraba por militar, eso era tan ilógico como cobrar un peso por ayudar a una viejita a cruzar la calle. Era una cuestión de compromiso y solidaridad. Nos sentíamos Pueblo y por él vivíamos y moríamos. Muchos de nosotros no conocimos a Evita, sin embargo era nuestra estrella guía. Si Perón era y es el creador y aglutinante del Movimiento Nacional Justicialista, Evita era y es la revolución, el sentimiento, la cercanía con el Pueblo, es el amor por los descamisados, como ella amorosamente llamaba a los más necesitados. El poder movilizador de la gloriosa JotaPé, era solamente superado por Perón y el Peronismo, cuando la J.P. convocaba, llegaba tranquilamente a un millón de personas, decimos personas y no jóvenes, muchos peronistas mayores se sumaban a nuestras columnas porque estaban de acuerdo con nuestras consignas, nuestro ideario y nuestro accionar, desprendido totalmente de la corrupción y el oportunismo.
Luego vinieron los años duros, el exilio, la muerte, la oscuridad, tal vez muy callados, reconocemos que hemos perdido una batalla, pero no la guerra: la consigna no ha cambiado sigue siendo LIBERACIÓN O DEPENDENCIA y soñamos con que, algún día, otros jóvenes tomen la posta, recojan nuestras banderas, continúen la lucha y hagan realidad los ideales de tantos jóvenes que dieron la vida por una Argentina liberada.
Por eso, decimos como ayer:

PATRIA O MUERTE
VENCEREMOS

Un joven de los 70

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